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Ciclo para dos

  Escuchando como el río encausa sus aguas agitadas recostamos nuestros cuerpos germinantes en la rivera dibujada esperando la noche de luna llena.   Nuestras historias adornaron la oscuridad afortunada acorralamos un satélite para dos mientras su luz estallaba en nuestros estómagos mariposeábamos nuestras miradas.   Era el inicio de nuestra historia creciente revelada en nuestras pieles radiantes, éramos como dos lunas con ojos brillantes reflejando las estrellas.   Prometimos no dejar caer los parpados hasta el amanecer y cuando el sol dibuje la primera silueta de las montañas… reproduciremos nuestro amor.   Entonces seremos dos soles jurando amarse toda la vida hasta la muerte.

Obsequio de amor

  Después de varias noches sombrías asolada en medio de mareas vacías, la brisa del mar me obsequió su amor.   Sus manos como olas abrazaron mis sentimientos para hundirme en su mar calmo, tierno.   Hoy somos dos habitando un solo corazón palpitante, inhalando del mismo aire hollando la misma arena remando el mismo bote.   Su aroma de amor me desborda cuando desenreda mis cabellos al aire, cuando aprieta mis mejillas para besarme.   Entonces…   Pongo mis manos en su pecho abisal y cierro mis ojos para agradecer a la brisa del mar, mi obsequio mi amor.

Ejercicios: Si tuvieras que darle las gracias a alguien

Te doy las gracias mi querida abuelita Blanquita, tu dulzura acuñó mi infancia, tus sopas, tus brazos, tu calor, tu compañía; hoy no estás pero a la vez estás cerca de mi corazón, tu no presencia es energía pura para mi ser. Mi dulce Blanquita bailamos, reímos, bromeamos, hay veces te siento tan cerquita pero nunca lejos, cierro mis ojos y solo apareces blanca como tu nombre, me emanas la paz, la tranquilidad de los momentos en penumbra, eres la luna que ilumina esas noches casi eternas, mi dulce Blanquita. Agradecida estoy de tu paso  por la tierra, sin ti no tendría al padre que tengo hoy, que aun me regalas con vida; el también  te extraña estoy segura, lo se cuando cierra sus ojos tratando de escucharte; pero aca estas mi dulce Blanquita calma, blanca, cerca muy cerquita.

Ejercicios: Si tuvieras que empezar a escribir tu libro hoy, ¿por dónde empezarías?

Empezaría por buscar mis sentimientos, evocando palabras, manifestando escritos consumados, derrepente razonados o sin ellos; mi libro…un libro para el inicio de mi vida, un libro para la mitad de ella; ahí estoy, escribiendo y borrando, reescribiendo en páginas vacías, sin editar, pensando de cuántas páginas sería, quizá de 3 o de 100, no se aún, solo se que en el libro que escribo, que es el libro de mi vida, todo fluye como el río, limpiando mi espíritu, lavando las piedras del camino. Mi libro el más importante sin duda alguna, porque es mio para mi, sin ti, para mis ojos, para mis manos cansadas de tanto escribir, para mis ojos de todas las mañanas, para el repaso de mis caminos por donde andé; acá está, este es mi libro,  ¿que te parece?, no es preciso para ti, pero puede gustarte, así sabrás más de mi, de mis días, de mi vida andada, pensante todo el tiempo, entorno al libro de la vida; ya estoy casi en la mitad de mi vida, sigo escribiendo de día, de noche, o de madrugada, sigu

Microrrelato: De Valle a Valle

 DE VALLE A VALLE   Acabó el fin de semana; Peñi cierra sus ojos recordando a Panay su hermana de cariño, había jugado tanto en el viñedo de su padre, era casi inevitable extrañar a Panay, ella suele visitarlos cada marzo trayendo maíz, quinua y cacao del Valle Sagrado del Cusco. Panay adora el Valle del Maipo, la calidez de su cielo extenso y la madurez de sus uvas cabernet sauvignon. Peñi visita Cusco cada junio; junto a Panay sueñan con las historias de los incas y las piedras labradas. Ellos siempre poseerán un vinculo de corazón que los hermana en marzo como en junio.

EUGENIA IN TO EROTIC SOUND

  I´ll play the blues for you E            u                  g                             e                                       n                                               i                                                       a un malbec entre su lengua y el paladar cada nota musical penetra su canela piel, la excita tanto el blue jazz.   Eugenia cierra suavemente sus ojos, moja sus labios tintos, de pie el calor invade más rápido la dermis, sus caderas vacilan delirante aprieta su copa como cuando aprieta cada músculo   de su venusta vagina; queriendo enclaustrar sus recuerdos no deja escapar nada, nada… ni el más minúsculo átomo de oxígeno puede ingresar.   Suena el blue jazz… entre el saxo y el vino, la atmosfera se torna única, predispuesta a convertirse en su propia amante.   Desnuda sus apacibles pechos erizados, gotas de vino en sus montañas en su cima el estruendo del amor, del sexo de a uno.   Eugenia moja

H U A R O

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Acá estás ...te siento, aún sin cerrar mis ojos                                 ­— phukuy, phukuy—      chiriwayrita enfría mis manos,          y yo siento que me abrazas             mientras canta el chuchico                chuchiq chuq chuqchuqchu...                    baila chuchico baila, enamórate en el tunal.                     Acá estás, cuando el sol recae en tu cima                  Apu Wiracochan,              los rayos se derraman en tu pecho,           pecho color oro cual coraza inquebrantable       guardián eterno de nuestra tierra,    tierra caliente con el sentimiento brillante anochecer.    Acá estás, en el hornito tibio de cada mañana                          — q'aparishan t'antaman —         mmmmm, aquel pancito              enrojece mis mejillas                  harina suave, manos duras,                      canastas andantes                        regalando placeres.                  Acá estás, en el sonido de las campanas            desde tu templo verná