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Mostrando entradas de diciembre, 2022

Ejercicios: Si tuvieras que darle las gracias a alguien

Te doy las gracias mi querida abuelita Blanquita, tu dulzura acuñó mi infancia, tus sopas, tus brazos, tu calor, tu compañía; hoy no estás pero a la vez estás cerca de mi corazón, tu no presencia es energía pura para mi ser. Mi dulce Blanquita bailamos, reímos, bromeamos, hay veces te siento tan cerquita pero nunca lejos, cierro mis ojos y solo apareces blanca como tu nombre, me emanas la paz, la tranquilidad de los momentos en penumbra, eres la luna que ilumina esas noches casi eternas, mi dulce Blanquita. Agradecida estoy de tu paso  por la tierra, sin ti no tendría al padre que tengo hoy, que aun me regalas con vida; el también  te extraña estoy segura, lo se cuando cierra sus ojos tratando de escucharte; pero aca estas mi dulce Blanquita calma, blanca, cerca muy cerquita.

Ejercicios: Si tuvieras que empezar a escribir tu libro hoy, ¿por dónde empezarías?

Empezaría por buscar mis sentimientos, evocando palabras, manifestando escritos consumados, derrepente razonados o sin ellos; mi libro…un libro para el inicio de mi vida, un libro para la mitad de ella; ahí estoy, escribiendo y borrando, reescribiendo en páginas vacías, sin editar, pensando de cuántas páginas sería, quizá de 3 o de 100, no se aún, solo se que en el libro que escribo, que es el libro de mi vida, todo fluye como el río, limpiando mi espíritu, lavando las piedras del camino. Mi libro el más importante sin duda alguna, porque es mio para mi, sin ti, para mis ojos, para mis manos cansadas de tanto escribir, para mis ojos de todas las mañanas, para el repaso de mis caminos por donde andé; acá está, este es mi libro,  ¿que te parece?, no es preciso para ti, pero puede gustarte, así sabrás más de mi, de mis días, de mi vida andada, pensante todo el tiempo, entorno al libro de la vida; ya estoy casi en la mitad de mi vida, sigo escribiendo de día, de noche, o de madrugada, sigu

Microrrelato: De Valle a Valle

 DE VALLE A VALLE   Acabó el fin de semana; Peñi cierra sus ojos recordando a Panay su hermana de cariño, había jugado tanto en el viñedo de su padre, era casi inevitable extrañar a Panay, ella suele visitarlos cada marzo trayendo maíz, quinua y cacao del Valle Sagrado del Cusco. Panay adora el Valle del Maipo, la calidez de su cielo extenso y la madurez de sus uvas cabernet sauvignon. Peñi visita Cusco cada junio; junto a Panay sueñan con las historias de los incas y las piedras labradas. Ellos siempre poseerán un vinculo de corazón que los hermana en marzo como en junio.